miércoles, 1 de junio de 2016

Arte Moderno

En el Museo de Arte Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar, la gente recorre lentamente las diferentes salas. En una de ellas, todos se detienen a observar un objeto rectangular adosado a la pared, de paredes metálicas lisas, brillantes y pulidas. En la cara frontal, arriba, tiene una rejilla de líneas paralelas. Abajo, tiene otra rejilla más grande de líneas horizontales.
Los visitantes se detienen a observar el objeto. Miran sus catálogos pero allí no aparece la obra. Tampoco tiene un cartel de identificación. Lo observan con atención. Balancean sus cuerpos a un lado y otro para revelar la magia del cinetismo. Pero nada es perceptible. Entonces bajan y suben sus cuerpos, buscando el gesto lúdico que revele una sorpresa sensorial, pero el milagro no se hace presente.
Algunos cuchichean delante de la obra mientras la señalan. Otros sacan su celular y le toman fotos.
Uno de los guías permanece en una esquina y sonríe mientras observa al grupo que intenta descifrar la obra.
Por fin una señora se acerca al guía y le pregunta por esa curiosa obra del Maestro Soto, que no está en el catálogo y no tiene identificación.
El muchacho ahoga una risa corta y le contesta:
- Señora... es un deshumificador...

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